Los domingos que puedo, suelo escuchar en una de las radios
tocuyanas, a un amigo de bachillerato llamado José Felipe Toledo, el
cual nos deleita con un programa musicalizado con canciones de los 80 y
los 90 que nosotros los no tan pavos llamamos “RETRO”.
De la cónsola se
emiten melodías de Madonna, Wilfrido Vargas, la Dimensión Latina entre
otras, que inconscientemente nos remontan a fechas no tan añejas, donde
éramos atendidos “a cuerpo de Rey” en el jardín de infancia Emilia Rosa
Rodríguez recibíamos las lecciones de los grandes maestros y profesores
de la escuela Padre Pérez Limardo y el glorioso liceo Eduardo Blanco.
Cómo olvidar aquellas andanzas por el Río Tocuyo el otrora “Nilo de
Occidente”, por los bucos de mi querida Goagiríta y la Quebrada Sanare,
donde hicimos las primeras lecciones de “Tarzán Criollo” y dimos rienda
suelta a nuestra virilidad infantil y juvenil, persiguiendo el amor de
“María Casquitos” y la “Melcocha”, sin más peligro que una “picá e
culebra”, una “tuna de cabra”, o una patada traicionera de alguna de
esas féminas mencionadas...
¡Que tiempos aquellos! cuando podíamos trotar
por la vía del “comando Cruz Carrillo” excursionar al “cerro de la
cruz” y buscar los mangos a que “Bartolo el de la mula”, “Elpidio” y
“Lorenzo”.¡Que tiempos aquellos! Cuando bailábamos hasta la madrugada en
las minitecas de “Los Horcones” y rematábamos en “La Alcabala”. Que
tiempos aquellos! Cuando libábamos en el “Boulevard” para luego viajar
en búsqueda de los lupanares donde nos esperaba la recordada “Guayanesa”
y “Topacio” ¡Que tiempos aquellos! Cuando degustábamos un “perrito de
Jimmy”, unas arepitas a que “Alfre” sin más miedo que a un jalón de
oreja de nuestra madre o un regañón de la abuela. ¡Que tiempos aquellos!
cuando caminábamos libremente por nuestro querido Tocuyo sin importar
hora ni destino.
¡Que tiempos aquellos! Cuando hacíamos visitas a las
novias hasta que el reloj de la iglesia “Concepción”anunciaba las diez
campanadas. ¡Que tiempos aquellos! Cuando la hombría se mostraba con los
puños y no con balas. ¡Que tiempos aquellos! Cuando éramos amigos sin
importar la politiquería. ¡Que tiempos aquellos ¡cuando nuestro padres
podían dormir tranquilos soñando con el mondongo de la mañana...Ahh
mundo aquellos tiempos de nuestro Tocuyo, que todos podemos hacer que
vuelva para nuestros hijos..!
Radamés Graterol
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