Los seis acompañantes del bizarro cumanés cuyos nombres eran:
1.- El Dr. Andrés García Téllez, Diputado del Congreso Constituyente y su “criado” (tal como se le decía) conocido como el Negro Francisco.
2.-El sargento Francisco Ignacio Colmenarez, venezolano del El Tocuyo.
3.- El Negro Lorenzo Caicedo, especie de ayudante de cámara que se ocupaba de la atención personal del general Sucre.
4.- Dos arrieros que atendían a las bestias de carga.
Los compañeros de viaje de nuestro protagonista no sufrieron ni siquiera un rasguño en la emboscada homicida, ya que a pesar de llevarle ventaja en número (eran seis contra cuatro), no se le enfrentaron a los asesinos.
Los señores anteriormente señalados, eran los salvaguardias de la vida, nada más y nada menos que la de un General en Jefe, además del Gran Mariscal de Ayacucho. Por lo tanto tenían la obligación de presentarle batalla a los cobardes forajidos y no lo hicieron-
Días después del alevoso hecho, sus acólitos de viajes y únicos testigos del horrendo crimen, declararon bajo juramento a las autoridades de la ciudad de Pasto (actual Colombia), lo acontecido en el sitio de Berruecos.
Sumaria en la investigación del asesinato del Mariscal Sucre .-
La investigación sumaria en ocasión al asesinato del General Antonio José de Sucre que se levantó a partir de 5 de junio de 1.830 en la ciudad de Pasto, República de Colombia, por intereses políticos buscaron silenciarla, pasarla al olvido, hasta que definitivamente desapareció por muchos años. Para 1.952 los originales del expediente aparecieron en manos de Don José Gabriel Navarro en la ciudad de Quito, quien lo conservó con mucho celo y cuidado. Una copia de estos documentos le fue obsequiado a Don Jaime Bonilla Plata.
La copia del expediente que se levantara en la ocasión del asesinato del Mariscal Antonio José de Sucre, fue insertada y publicada en el Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Tomo XXXV.- Octubre – Diciembre de 1.952.—No. 140 . Y de allí tomamos los preciados datos para este modesto trabajo de investigación y que más adelante transcribiremos; porque antes debemos agregar que gracias a la gentileza del embajador de Colombia en Venezuela , don Jaime Bonilla Plata, quien obsequió el sumario del asesinato de Sucre, el día 29 de mayo de 1.952 al Dr. Don Vicente Lecuna, Presidente para ese entonces de la Academia Nacional de la Historia, podemos enterarnos y usar su valioso contenido. La publicación de este documento ha permitido esclarecer en parte un episodio desgraciado a la luz de la crítica. Independiente y severa, según palabras del propio embajador de Colombia, don Jaime Bonilla Plata (1.952 ).
Algunos datos que vamos a transcribir del “Sumario del expediente que se levantara en la ocasión del asesinato del Mariscal Antonio José de Sucre, es de mi interés personal, ya que se relacionan con el título del presente trabajo de investigación histórica: ¡ Ay balazo ! Escéptica exclamación. -- Veamos:
En la ciudad de Pasto, a cinco días del mes de junio de 1.830, el señor Francisco María Lozano, Coronel del ejército de la República y Gobernador de esta provincia, dijo: que en este día ha tenido noticia que el señor general Antonio José de Sucre venía de Bogotá, se le ha quitado la vida alevosamente en el camino de la Montaña de la Venta, y para averiguar la verdad, de sus agresores y cómplices y demás circunstancias concernientes a su esclarecimiento, mandé a formar este auto cabeza de proceso para que su tenor sean examinados juratoriamente . . . Así lo proveyó, mandó y firmó de que doy fé.
Francisco María Lozano E.
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Pasto, 05 de junio de junio de 1830.
Como ya lo mencionamos en mi primer trabajo, el Coronel Apolinar Morillo había sido despachado desde Quito a cumplir esa misión homicida, por el Presidente de Ecuador, para ese entonces el venezolano Juan José Flores, según las serias investigaciones del esclarecido historiador venezolano don Vicente Lecuna, en su escrito “Asesinato del General Sucre en Berruecos”. También dijimos que los confabulados santanderistas de Bogotá, dieron la orden al General José María Obando, quien era para ese entonces Comandante General del Departamento del Cauca, en cuya jurisdicción se encontraba el sitio de Berruecos. En el sendero hacia Pasto, precisamente el escogido por el Mariscal de Ayacucho, Obando encargó de esa misión criminal al Coronel Apolinar Morillo. Entre los oscuros asesinos, se encontraban además: Andrés Rodríguez y Juan Cruz, soldado del ejército peruano, ya en situación de retiro y el tolimense Juan Gregorio Rodríguez.
Como podemos observar, todos estos rufianes eran veteranos soldados de la guerra de Independencia y que tenían experiencia en el manejo de las armas y además,si fueron seleccionados para éste encargo, debió ser porque eran excelentes disparando con las armas, es decir buenos tiradores .
Existe una obra pintada sobre el crimen de Berruecos de un artista colombiano (creo ), idéntica al cuadro de Arturo Michelena: pero con la diferencia que el neogranadino la pintó años antes. El boceto de esta obra pictórica la elaboró en el propio escenario de Berruecos respetando siempre los pormenores del caso. Allí aparecen los facinerosos escondidos detrás de los arbustos donde le dispararon a muy poca distancia y por mampuesto al Mariscal.
En el sesquicentenario de la muerte del Mariscal Sucre, los más grandes historiadores, columnistas e intelectuales en general escribieron y se refirieron a través de los medios sobre el Crimen de Berruecos. Todos ellos señalaron que Sucre recibió cuatro balazos mortales ( también nuestro director José Sant Roz en un trabajo reciente enumera los cuatro balazos ) repartidos más o menos de esta manera:
1.- En la tetilla derecha que ha debido matarlo instantáneamente.
2.- Otro que le perforó la cabeza.
3.- Una que le traspasó la oreja y salió por la nariz.
4.- y la última en este orden le dio en la garganta. ( ¿ Cómo pudo gritar y exclamar ¡ Ay balazo! con un tiro en la garganta)
El cráneo de Mariscal Antonio José de Sucre fue examinado por los ilustres miembros de la Facultad de Medicina de Quito, el 15 de abril de 1.900. ( 1 ). En la foto del cráneo y del sombrero que llevaba puesto el general Sucre en esa terrible mañana, se pueden apreciar las perforaciones producto de los balazos que recibió.
Los balazos.
Alfonso Rumazo González indica que el héroe de Pichincha y Ayacucho recibió cuatro balazos y da a entender que las balas asesinas llevaban grabados el nombre de cada uno de los criminales. ¡Insólito, verdad!.—Veamos:
Señala el escritor que una de las balas, la del coronel Morillo , dio en la tetilla derecha y lo mato instantáneamente. Los disparos de los otros hicieron impacto superficial en la cabeza y perforaron el sombrero; una bala traspaso de la oreja a la nariz; otra roso levemente la garganta; Rodríguez hirió el cuello de la mula, que salió en desaforada carrera (No era una mula si no un macho).
El negro Caicedo el ayudante del Mariscal en su declaración jurada y que se encuentra en el expediente en ocasión al asesinato de Sucre.”Que al siguiente día por la mañana sepulta dicho cadáver en el expresado sitio de la Capilla, y antes de esto vío que tenía tres heridas de bala y cortadas, una en el corazón, otra en una oreja y otra en el pescuezo.
En el expediente secreto sobre el crimen de Berruecos nos trae lo siguiente:”Que efectivamente el seis del que corre llego a la Venta en unión de los comisionados referidos Fidel Torres y el de armas de Pasto Antonio Mariano Mares con el cirujano Flor, y que para el reconocimiento de las heridas se desenterró el cadáver a presencia del mencionado comandante de armas, fiscal de la causa, del comandante Torres secretario de ella , del cirujano Flor y del que declara, notándole una herida en la tetilla izquierda de postas reales y otra de bala rasa que le atravesaba el cráneo , con lo que se concluyó dicho acto, volviéndolo a enterrar…”.Como podemos observar entre todas las hipótesis sobre los balazos que recibió Sucre, jurídicamente, está parece ser la más acertada.
También el historiador Rumazo González en su libro “Sucre” sobre el crimen de Berruecos :
“Corren todos, y el cadáver del gran Mariscal yace abandonado, solitario, en medio del bosque…¡Corre el Diputado García que no se detiene sino al llegar a Cuenca!. Corre el fidelísimo negro Caicedo, ve a su amo muerto y retrocede en demanda de auxilio… Corre el Sargento Colmenarez y los arrieros rumbo a Pasto… y corren también los criminales y van a parar al Salto de Mayo.-
Observación. Los asesinos de Sucre no corrieron.
En el expediente sumarial en ocasión del asesinato de Sucre el Sargento Lorenzo Caicedo declaro ante las autoridades, que los asesinos no huyeron, porque cuando él fue al escenario del crimen a saber de la suerte del Mariscal Sucre y que ya estaba muerto. ”Vio a los asesinos que fueron cuatro hombres que no conoció de color acholados armados cada uno con sus carabinas… los cuales siguieron algún pacto al declarante sin hacerle fuego diciéndole por dos veces: ¡párate Caicedo!”
Si los asesinos sabían hasta el nombre propio del asistente de nuestro Héroe; con más razón, tenían que conocer suficientemente al General Sucre.
Desde muy niño siempre oí el cuento y las dramatizaciones que se hacían el el teatro escolar, donde señalaban : que cuando el Mariscal Sucre y sus acompañantes cruzaban el desfiladero de Berruecos donde estaban apostados los forajidos, entonces una voz gritó detrás de los matorrales: ¡ General Sucre ! y de esta manera lo identificaban plenamente.
Importante esta investigación, ya que es necesario leer don detenimiento el expediente que sobre el caso se construyó. Gracias mil
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