El servicio de agua por acueducto se debe numerar que a
pesar de la abundancia de agua hasta entonces en el caudaloso Río Tocuyo, no es
sino hasta 1936 cuando se crea el primer acueducto de la ciudad, tomando el
agua directamente del río. Las personas que gozaban de una buena posición
económica enviaban a sus sirvientes a cargar el agua en bestias, pero la
mayoría lavaba sus Recordemos que la radio sólo llega en los años ’30 y la
televisión en los años ’50
En 1936 es cuando se
crea el primer acueducto de la ciudad tomado directo del río ropas y se aseaba
en dicho río. Sin embargo, había sus excepciones, una minoría tenía sus
acueductos particulares, como el que nos encontramos en una venta producida en
1900 en la que Maximiliano García le vende al padre José Cupertino Crespo “un
acueducto de tubos de hierro de media pulgada que partiendo de la esquina de la
casa del señor Ezequiel Garmendia y cerca a la Alameda Lara baja
directamente por la calle La
Ciencia en la esquina Oriente de la Plaza La Concepción,
desde allí hasta xxxx (falla en el original). Esta lo había obtenido por
herencia de su padre Hilario Alvarado en su casa en La Concepción”. (Folio 39,
Nº 69).
Ya desde los años 20 existían proyectos para
la realización del acueducto de El Tocuyo, como el presentado por el ingeniero
español Joaquín Avellán, en el contexto de una fuerte sequía en la localidad.
La prensa local hablaba de “una escasez nunca
vista”; tal como lo expresara el periodista Agustín Gil Gil:
“El agua nuestra que viene de la quebrada de Sanare se ha mermado hasta el punto que la arena del cauce la absorbe íntegramente como a cuatro kilómetros más arriba de la toma del acueducto, o se hace un dique impermeable que atraviese el cauce (...) o lo que es superior, se trae el agua por tubos desde la cuesta... "(El Tocuyo, 30-03-1926).
Agustín Gil Gil consideraba, como muchos, que esta era una medida urgente que debía hacerla en conjunto el municipio con los privados. Era tanta la sequía que el ío Siquisique también estaba siendo profundamente mermado, producto de que los tocuyanos no soltaban el agua de los bucos
“El agua nuestra que viene de la quebrada de Sanare se ha mermado hasta el punto que la arena del cauce la absorbe íntegramente como a cuatro kilómetros más arriba de la toma del acueducto, o se hace un dique impermeable que atraviese el cauce (...) o lo que es superior, se trae el agua por tubos desde la cuesta... "(El Tocuyo, 30-03-1926).
Agustín Gil Gil consideraba, como muchos, que esta era una medida urgente que debía hacerla en conjunto el municipio con los privados. Era tanta la sequía que el ío Siquisique también estaba siendo profundamente mermado, producto de que los tocuyanos no soltaban el agua de los bucos
El servicio de agua por acueducto se debe numerar que a
pesar de la abundancia de agua hasta entonces en el caudaloso Río Tocuyo, no es
sino hasta 1936 cuando se crea el primer acueducto de la ciudad, tomando el
agua directamente del río. Las personas que gozaban de una buena posición
económica enviaban a sus sirvientes a cargar el agua en bestias, pero la
mayoría lavaba sus Recordemos que la radio sólo llega en los años ’30 y la
televisión en los años ’50
En 1936 es cuando se
crea el primer acueducto de la ciudad tomado directo del río ropas y se aseaba
en dicho río. Sin embargo, había sus excepciones, una minoría tenía sus
acueductos particulares, como el que nos encontramos en una venta producida en
1900 en la que Maximiliano García le vende al padre José Cupertino Crespo “un
acueducto de tubos de hierro de media pulgada que partiendo de la esquina de la
casa del señor Ezequiel Garmendia y cerca a la Alameda Lara baja
directamente por la calle La
Ciencia en la esquina Oriente de la Plaza La Concepción,
desde allí hasta xxxx (falla en el original). Esta lo había obtenido por
herencia de su padre Hilario Alvarado en su casa en La Concepción”. (Folio 39,
Nº 69).
Ya desde los años 20 existían proyectos para
la realización del acueducto de El Tocuyo, como el presentado por el ingeniero
español Joaquín Avellán, en el contexto de una fuerte sequía en la localidad.
La prensa local hablaba de “una escasez nunca
vista”; tal como lo expresara el periodista Agustín Gil Gil: “El agua nuestra
que viene de la quebrada de Sanare se ha mermado hasta el punto que la arena
del cauce la absorbe íntegramente como a cuatro kilómetros más arriba de la
toma del acueducto, o se hace un dique impermeable que atraviese el cauce (...)
o lo que es superior, se trae el agua por tubos desde la cuesta... “(El Tocuyo,
30-03-1926). Agustín Gil Gil consideraba, como muchos, que esta era una medida
urgente que debía hacerla en conjunto el municipio con los privados. Era tanta
la sequía que el ío Siquisique también estaba siendo profundamente mermado,
producto de que los tocuyanos no soltaban el agua de los bucos
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