Compilación: Licdo.Mg. Antonio J. Saldivia ,®
📌 Quizás
la primera presencia libanesa en tierras americanas, según el eminente
investigador e historiador argentino-palestino, Juan Yasser, data desde
el génesis americano, donde se detectaron rastros fenicios, huellas
milenarias inequívocas en el nacimiento mismo de América.
Con
la llegada del gran marino, el almirante Cristóbal Colón, a finales del
siglo XV a América, llegaban algunos libaneses usando la brújula que
conocieron y trajeron desde la China, acompañando la expedición del
Descubrimiento.
📎 Si
bien para todo hombre la emigración es un drama, el clímax del drama
para los libaneses que emigraron hacia América y otros lugares del
mundo, fue precisamente la necesidad de salir de su suelo nativo. El año
1860, marcó una época de dolorosos acontecimientos que ensangrentaron
al Líbano en su lucha contra el poder Otomano. La firma de un Protocolo
en 1864, de parte del imperio turco, que impedía la interrelación
económica y el intercambio de productos entre la montaña libanesa y su
litoral, paralizando al país, acrecentando la crisis económica e
incrementando las sumas a recaudar en forma de impuestos para la
Metrópolis, desencadenaron la primera oleada masiva de la emigración
libanesa hacia América y, entre ella, hacia Venezuela.
📌 El acucioso
escritor e historiador venezolano Don Ramón Díaz Sánchez, en su
enjundioso trabajo "Líbano, una historia de hombres y de pueblos" se
inclina por fijar el año de 1864, como el de la llegada del primer
libanés a Venezuela, considerando ésta como la primera fase de
presencia, pero no fue sino hasta las dos últimas décadas del siglo
pasado que tal emigración tomó carácter masivo.
Podemos
apuntar con Ramón Díaz Sánchez, que las distintas fases de la
emigración libanesa dependientes de factores intrínsecos del Líbano,
ubican la primera de ellas desde 1864 hasta el año de 1900. En este
período, quizás el número de libaneses llegados a Venezuela no superaba
el millar y viajaban con "el pasaporte o permiso turco", al igual que
los sirios y palestinos y, de ahí el mote que perdura hasta nuestros
días de identificar a los árabes oriundos del Líbano, con el apodo de
"Turcos". El segundo período, que va entre 1900 a 1914, tiene como
característica la estabilidad del comercio en el nuevo mundo, por lo que
los emigrados exhortan a sus familiares a la emigración.
Con
el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1918, se
interrumpe el movimiento migratorio libanés. El Líbano soporta una
invasión de langosta que acaba con su agricultura y una epidemia de
tifus que ocasiona millares de muertos. En
el período entre la dos guerras mundiales, ya el Líbano no se encuentra
sometido al colonialismo Turco-Otomano, sino que está bajo el régimen
del mandato francés.
Durante
este período, no obstante el desarrollo de iniciativas francesas para
el aprovechamiento de la mano de obra de la juventud libanesa, la
emigración interrumpida recomienza orientada hacia Latinoamérica, como
consecuencia de las restricciones legales de los Estados Unidos de
Norteamérica, entre los años de 1921 y 1929, con miras a prohibir la
emigración, potenciándose la misma hacia Brasil, Argentina y Venezuela. A
finales de ese período, se reactiva la economía y el campo libanés,
disminuyendo el ritmo de la partida de ciudadanos de origen campesino
iletrada, sin preparación laboral, comenzando la emigración desde los
medios urbanos, gente de relativa cultura bilingüe en su mayoría,
desempleados que van a buscar nuevos horizontes para sus vidas.
A
raíz de la obtención de la independencia del Líbano en 1943 y, con la
salida de los ejércitos franceses y británicos, queda repentinamente
cesante un voluminoso grupo de trabajadores, con conocimientos técnicos y
tecnológicos de la época bilingüe también, que prestaba sus servicios a
esas dos potencias europeas en esa etapa y, el Líbano independiente,
ejerciendo su gobierno y la soberanía sobre la totalidad de todo su
territorio, se incorpora a todos los organismos internacionales
nacientes, tales como, la Sociedad de Naciones, posteriormente Naciones
Unidas, Liga de Estados Arabes, Unesco, OIT, por lo que se diversificó
el destino de la emigración ratificando a Venezuela y a Brasil en
América y, Australia y los países del golfo arábigo como nuevas
opciones. Este período es muy importante porque comienza la
reconstrucción del Líbano, su infraestructura turística, hotelera y su
infraestructura comercial, industrial y financiera, lo que intensifica y
robustece el intercambio entre los libaneses residentes y los libaneses
emigrados.
Florece
en esa etapa una economía libanesa representativa de los más
importantes centros de desarrollo mundial y, comienza una etapa de
intercambio de productos entre el Líbano a través de sus emigrados con
casi todos los países del mundo. Por ello, el emigrante libanés en
Venezuela se expande por toda la geografía nacional buscando las
ventajas comparativas que pueden hacerlo agente del intercambio.
|
Ejercito de milicianos Turcos |
Desde
los años cincuenta, hasta la fecha, quizás con algunas alteraciones
durante los períodos de la guerra interna del Líbano, la emigración
libanesa ha funcionado como vaso comunicante entre el Líbano y
Venezuela, un vaivén permanente ha hecho que muchos venezolanos de
origen libanés hoy estén residenciados en el Líbano, sustituidos en
Venezuela por sus familiares "herederos de su actividad fabril o
comercial". Esta situación se repite entre el Líbano y países de
Ultramar, lo que ha llevado a tener dos terceras partes de la población
libanesa residente en el exterior y, a un tercio de los residentes del
Líbano de nacionalidad y origen extranjero, oriundos fundamentalmente de
los países receptores de la emigración.
En
Venezuela residen actualmente unos quinientos mil ciudadanos libaneses o
de origen libanés, , ya que no hay cifras ciertas porque no ha habido
censos ciertos, ni venezolanos ni libaneses capaces de determinar con
exactitud aceptable.
Es
importante señalar que ninguna fuerza ha logrado impedir, durante todas
las etapas o fases antes señaladas, que los libaneses emigren, lo que
tampoco han podido impedir es que reformen, bien ya como Americanos
Libaneses, Afro-Libaneses o Euro-Libaneses y, es por ello, que el Líbano
que ha sufrido una sangría milenaria en el tiempo, de sus hijos no ha
fenecido, porque también ha recibido un torrente permanente de los
mismos, enriquecidos con las más diversas culturas y que han conformado
un mestizaje tan vasto cuyo prototipo es universal.
Si
bien el territorio libanés es exiguo, su concepción de libaneses
residentes emigrantes, además de ser un aporte científico cultural a la
concepción binacional, tanto de la nacionalidad como de la ciudadanía,
es una solución para que a un territorio de 10.452 Km2, se sientan
vinculados alrededor de quince millones de libaneses en lo cultural, en
lo económico y en lo político.
La
emigración es el primer producto de exportación de la República del
Líbano, sus hijos allende los mares se esparcieron como el viento en los
cuatro costados de la geografía mundial, en todos los continentes, en
todos los países, en todas las zonas sean éstas urbanas o rurales. (CONTINUARA)
ara
la mayoría de las personas, la emigración representa un verdadero
conflicto, el clímax del conflicto para los libaneses que emigraron
hacia América y a otros lugares del mundo, fue la forzosa necesidad de
salir de su tierra natal. Entre los años 1840 y 1870, marcó una época de
acontecimientos que ensangrentaron al Líbano en su lucha contra el
poder imperial Turco-Otomano
La firma en 1864 de un protocolo, por parte del imperio turco, que
impedía el intercambio de mercancías entre la montaña y el litoral,
agudizando la crisis económica y, a la vez, incrementando los impuestos,
desencadenando así, la primera oleada masiva de la emigración libanesa
hacia América y, entre ellas, hacia Venezuela.
El historiador venezolano Ramón Díaz Sánchez, en su obra "Líbano, una
historia de hombres y de pueblos" fija el año de 1864, como el de
llegada del primer libanés a Venezuela, considerando ésta como la
primera fase de presencia, pero no fue sino hasta las dos últimas
décadas del siglo pasado que esta emigración se convirtió en masiva.
Vale la pena acotar, que existen ciertos indicios, de que en el año
1860, un monje Católico Maronita llamado Boutros, llegó a Cumaná
proveniente de Cuba, en busca de libaneses que habían emigrado a América
poco tiempo antes, para tratar de hacerlos regresar al Líbano, de este
hecho no se tienen mayores detalles, pero se concluye que si vino en
búsqueda de libaneses en Venezuela, quiere decir que ya anterior a 1860
se habían establecido emigrantes en el territorio, aunque sin pruebas al
respecto.
El primer período de la emigración libanesa se establece entre los
años 1864 y 1900. En este período viajaban con "el permiso turco", por
esta razón surge la de identificar a los oriundos del Líbano, con el
apodo de "Turcos".
El segundo período, que va entre los años 1900 a 1914, tiene como
característica la estabilidad del comercio en el nuevo mundo, por lo que
los emigrados exhortan a sus familiares a la emigración.
El tercer período se da entre la dos guerras mundiales, ya el Líbano
no se encuentra sometido al colonialismo Turco-Otomano, sino que es
ahora parte de un “protectorado” francés.
Durante estos años, las iniciativas francesas para el aprovechamiento
de la mano de obra de la juventud libanesa, hace que la emigración
disminuya quedando las más activas hacia Brasil, Argentina y Venezuela.
Con la obtención de la independencia en 1943 y, con la salida de
Francia, queda cesante un grupo de trabajadores formados en diferentes
aéreas, que anteriormente estaban empleados por la potencia ocupante, el
Líbano ahora independiente, se incorpora a todos los organismos
internacionales, por lo que se diversificó el destino de la emigración
ratificando a Venezuela y a Brasil en América y, Australia y los países
del golfo arábigo como nuevas opciones. Este período es muy importante
porque se fortalece la comunicación e interacción entre los libaneses
residentes y los libaneses emigrados.
En esa etapa comienza el intercambio de productos entre el Líbano a
través de sus emigrados con casi todos los países del mundo. Por ello,
el emigrante libanés en Venezuela se expande por el territorio nacional
buscando las maneras que pueden hacerlo agente del intercambio, y esta
dinámica es la que se ha mantenido hasta hoy día.
Los libaneses de Venezuela, portan con orgullo su pertenencia a ambas
tierras, sus descendientes, nacidos la mayoría en esta tierra de
libertades, son fieles defensores del gentilicio venezolano.
El Líbano, históricamente ha sufrido, este sufrimiento generó la
emigración que hoy forma la diáspora más grande del mundo, y por ello ha
recibido el enriquecimiento de las más diversas culturas y ha nacido
una convergencia en todos los aspectos tan enorme y variado que ha
convertido lo libanés en sinónimo de universal.
- See more at: http://nuevaprensa.com.ve/Presencia%20libanesa%20en%20Venezuela#sthash.WKO9BPnT.dpuf
ara
la mayoría de las personas, la emigración representa un verdadero
conflicto, el clímax del conflicto para los libaneses que emigraron
hacia América y a otros lugares del mundo, fue la forzosa necesidad de
salir de su tierra natal. Entre los años 1840 y 1870, marcó una época de
acontecimientos que ensangrentaron al Líbano en su lucha contra el
poder imperial Turco-Otomano
La firma en 1864 de un protocolo, por parte del imperio turco, que
impedía el intercambio de mercancías entre la montaña y el litoral,
agudizando la crisis económica y, a la vez, incrementando los impuestos,
desencadenando así, la primera oleada masiva de la emigración libanesa
hacia América y, entre ellas, hacia Venezuela.
El historiador venezolano Ramón Díaz Sánchez, en su obra "Líbano, una
historia de hombres y de pueblos" fija el año de 1864, como el de
llegada del primer libanés a Venezuela, considerando ésta como la
primera fase de presencia, pero no fue sino hasta las dos últimas
décadas del siglo pasado que esta emigración se convirtió en masiva.
Vale la pena acotar, que existen ciertos indicios, de que en el año
1860, un monje Católico Maronita llamado Boutros, llegó a Cumaná
proveniente de Cuba, en busca de libaneses que habían emigrado a América
poco tiempo antes, para tratar de hacerlos regresar al Líbano, de este
hecho no se tienen mayores detalles, pero se concluye que si vino en
búsqueda de libaneses en Venezuela, quiere decir que ya anterior a 1860
se habían establecido emigrantes en el territorio, aunque sin pruebas al
respecto.
El primer período de la emigración libanesa se establece entre los
años 1864 y 1900. En este período viajaban con "el permiso turco", por
esta razón surge la de identificar a los oriundos del Líbano, con el
apodo de "Turcos".
El segundo período, que va entre los años 1900 a 1914, tiene como
característica la estabilidad del comercio en el nuevo mundo, por lo que
los emigrados exhortan a sus familiares a la emigración.
El tercer período se da entre la dos guerras mundiales, ya el Líbano
no se encuentra sometido al colonialismo Turco-Otomano, sino que es
ahora parte de un “protectorado” francés.
Durante estos años, las iniciativas francesas para el aprovechamiento
de la mano de obra de la juventud libanesa, hace que la emigración
disminuya quedando las más activas hacia Brasil, Argentina y Venezuela.
Con la obtención de la independencia en 1943 y, con la salida de
Francia, queda cesante un grupo de trabajadores formados en diferentes
aéreas, que anteriormente estaban empleados por la potencia ocupante, el
Líbano ahora independiente, se incorpora a todos los organismos
internacionales, por lo que se diversificó el destino de la emigración
ratificando a Venezuela y a Brasil en América y, Australia y los países
del golfo arábigo como nuevas opciones. Este período es muy importante
porque se fortalece la comunicación e interacción entre los libaneses
residentes y los libaneses emigrados.
En esa etapa comienza el intercambio de productos entre el Líbano a
través de sus emigrados con casi todos los países del mundo. Por ello,
el emigrante libanés en Venezuela se expande por el territorio nacional
buscando las maneras que pueden hacerlo agente del intercambio, y esta
dinámica es la que se ha mantenido hasta hoy día.
Los libaneses de Venezuela, portan con orgullo su pertenencia a ambas
tierras, sus descendientes, nacidos la mayoría en esta tierra de
libertades, son fieles defensores del gentilicio venezolano.
El Líbano, históricamente ha sufrido, este sufrimiento generó la
emigración que hoy forma la diáspora más grande del mundo, y por ello ha
recibido el enriquecimiento de las más diversas culturas y ha nacido
una convergencia en todos los aspectos tan enorme y variado que ha
convertido lo libanés en sinónimo de universal.
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ara
la mayoría de las personas, la emigración representa un verdadero
conflicto, el clímax del conflicto para los libaneses que emigraron
hacia América y a otros lugares del mundo, fue la forzosa necesidad de
salir de su tierra natal. Entre los años 1840 y 1870, marcó una época de
acontecimientos que ensangrentaron al Líbano en su lucha contra el
poder imperial Turco-Otomano
La firma en 1864 de un protocolo, por parte del imperio turco, que
impedía el intercambio de mercancías entre la montaña y el litoral,
agudizando la crisis económica y, a la vez, incrementando los impuestos,
desencadenando así, la primera oleada masiva de la emigración libanesa
hacia América y, entre ellas, hacia Venezuela.
El historiador venezolano Ramón Díaz Sánchez, en su obra "Líbano, una
historia de hombres y de pueblos" fija el año de 1864, como el de
llegada del primer libanés a Venezuela, considerando ésta como la
primera fase de presencia, pero no fue sino hasta las dos últimas
décadas del siglo pasado que esta emigración se convirtió en masiva.
Vale la pena acotar, que existen ciertos indicios, de que en el año
1860, un monje Católico Maronita llamado Boutros, llegó a Cumaná
proveniente de Cuba, en busca de libaneses que habían emigrado a América
poco tiempo antes, para tratar de hacerlos regresar al Líbano, de este
hecho no se tienen mayores detalles, pero se concluye que si vino en
búsqueda de libaneses en Venezuela, quiere decir que ya anterior a 1860
se habían establecido emigrantes en el territorio, aunque sin pruebas al
respecto.
El primer período de la emigración libanesa se establece entre los
años 1864 y 1900. En este período viajaban con "el permiso turco", por
esta razón surge la de identificar a los oriundos del Líbano, con el
apodo de "Turcos".
El segundo período, que va entre los años 1900 a 1914, tiene como
característica la estabilidad del comercio en el nuevo mundo, por lo que
los emigrados exhortan a sus familiares a la emigración.
El tercer período se da entre la dos guerras mundiales, ya el Líbano
no se encuentra sometido al colonialismo Turco-Otomano, sino que es
ahora parte de un “protectorado” francés.
Durante estos años, las iniciativas francesas para el aprovechamiento
de la mano de obra de la juventud libanesa, hace que la emigración
disminuya quedando las más activas hacia Brasil, Argentina y Venezuela.
Con la obtención de la independencia en 1943 y, con la salida de
Francia, queda cesante un grupo de trabajadores formados en diferentes
aéreas, que anteriormente estaban empleados por la potencia ocupante, el
Líbano ahora independiente, se incorpora a todos los organismos
internacionales, por lo que se diversificó el destino de la emigración
ratificando a Venezuela y a Brasil en América y, Australia y los países
del golfo arábigo como nuevas opciones. Este período es muy importante
porque se fortalece la comunicación e interacción entre los libaneses
residentes y los libaneses emigrados.
En esa etapa comienza el intercambio de productos entre el Líbano a
través de sus emigrados con casi todos los países del mundo. Por ello,
el emigrante libanés en Venezuela se expande por el territorio nacional
buscando las maneras que pueden hacerlo agente del intercambio, y esta
dinámica es la que se ha mantenido hasta hoy día.
Los libaneses de Venezuela, portan con orgullo su pertenencia a ambas
tierras, sus descendientes, nacidos la mayoría en esta tierra de
libertades, son fieles defensores del gentilicio venezolano.
El Líbano, históricamente ha sufrido, este sufrimiento generó la
emigración que hoy forma la diáspora más grande del mundo, y por ello ha
recibido el enriquecimiento de las más diversas culturas y ha nacido
una convergencia en todos los aspectos tan enorme y variado que ha
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ara
la mayoría de las personas, la emigración representa un verdadero
conflicto, el clímax del conflicto para los libaneses que emigraron
hacia América y a otros lugares del mundo, fue la forzosa necesidad de
salir de su tierra natal. Entre los años 1840 y 1870, marcó una época de
acontecimientos que ensangrentaron al Líbano en su lucha contra el
poder imperial Turco-Otomano
La firma en 1864 de un protocolo, por parte del imperio turco, que
impedía el intercambio de mercancías entre la montaña y el litoral,
agudizando la crisis económica y, a la vez, incrementando los impuestos,
desencadenando así, la primera oleada masiva de la emigración libanesa
hacia América y, entre ellas, hacia Venezuela.
El historiador venezolano Ramón Díaz Sánchez, en su obra "Líbano, una
historia de hombres y de pueblos" fija el año de 1864, como el de
llegada del primer libanés a Venezuela, considerando ésta como la
primera fase de presencia, pero no fue sino hasta las dos últimas
décadas del siglo pasado que esta emigración se convirtió en masiva.
Vale la pena acotar, que existen ciertos indicios, de que en el año
1860, un monje Católico Maronita llamado Boutros, llegó a Cumaná
proveniente de Cuba, en busca de libaneses que habían emigrado a América
poco tiempo antes, para tratar de hacerlos regresar al Líbano, de este
hecho no se tienen mayores detalles, pero se concluye que si vino en
búsqueda de libaneses en Venezuela, quiere decir que ya anterior a 1860
se habían establecido emigrantes en el territorio, aunque sin pruebas al
respecto.
El primer período de la emigración libanesa se establece entre los
años 1864 y 1900. En este período viajaban con "el permiso turco", por
esta razón surge la de identificar a los oriundos del Líbano, con el
apodo de "Turcos".
El segundo período, que va entre los años 1900 a 1914, tiene como
característica la estabilidad del comercio en el nuevo mundo, por lo que
los emigrados exhortan a sus familiares a la emigración.
El tercer período se da entre la dos guerras mundiales, ya el Líbano
no se encuentra sometido al colonialismo Turco-Otomano, sino que es
ahora parte de un “protectorado” francés.
Durante estos años, las iniciativas francesas para el aprovechamiento
de la mano de obra de la juventud libanesa, hace que la emigración
disminuya quedando las más activas hacia Brasil, Argentina y Venezuela.
Con la obtención de la independencia en 1943 y, con la salida de
Francia, queda cesante un grupo de trabajadores formados en diferentes
aéreas, que anteriormente estaban empleados por la potencia ocupante, el
Líbano ahora independiente, se incorpora a todos los organismos
internacionales, por lo que se diversificó el destino de la emigración
ratificando a Venezuela y a Brasil en América y, Australia y los países
del golfo arábigo como nuevas opciones. Este período es muy importante
porque se fortalece la comunicación e interacción entre los libaneses
residentes y los libaneses emigrados.
En esa etapa comienza el intercambio de productos entre el Líbano a
través de sus emigrados con casi todos los países del mundo. Por ello,
el emigrante libanés en Venezuela se expande por el territorio nacional
buscando las maneras que pueden hacerlo agente del intercambio, y esta
dinámica es la que se ha mantenido hasta hoy día.
Los libaneses de Venezuela, portan con orgullo su pertenencia a ambas
tierras, sus descendientes, nacidos la mayoría en esta tierra de
libertades, son fieles defensores del gentilicio venezolano.
El Líbano, históricamente ha sufrido, este sufrimiento generó la
emigración que hoy forma la diáspora más grande del mundo, y por ello ha
recibido el enriquecimiento de las más diversas culturas y ha nacido
una convergencia en todos los aspectos tan enorme y variado que ha
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ara
la mayoría de las personas, la emigración representa un verdadero
conflicto, el clímax del conflicto para los libaneses que emigraron
hacia América y a otros lugares del mundo, fue la forzosa necesidad de
salir de su tierra natal. Entre los años 1840 y 1870, marcó una época de
acontecimientos que ensangrentaron al Líbano en su lucha contra el
poder imperial Turco-Otomano
La firma en 1864 de un protocolo, por parte del imperio turco, que
impedía el intercambio de mercancías entre la montaña y el litoral,
agudizando la crisis económica y, a la vez, incrementando los impuestos,
desencadenando así, la primera oleada masiva de la emigración libanesa
hacia América y, entre ellas, hacia Venezuela.
El historiador venezolano Ramón Díaz Sánchez, en su obra "Líbano, una
historia de hombres y de pueblos" fija el año de 1864, como el de
llegada del primer libanés a Venezuela, considerando ésta como la
primera fase de presencia, pero no fue sino hasta las dos últimas
décadas del siglo pasado que esta emigración se convirtió en masiva.
Vale la pena acotar, que existen ciertos indicios, de que en el año
1860, un monje Católico Maronita llamado Boutros, llegó a Cumaná
proveniente de Cuba, en busca de libaneses que habían emigrado a América
poco tiempo antes, para tratar de hacerlos regresar al Líbano, de este
hecho no se tienen mayores detalles, pero se concluye que si vino en
búsqueda de libaneses en Venezuela, quiere decir que ya anterior a 1860
se habían establecido emigrantes en el territorio, aunque sin pruebas al
respecto.
El primer período de la emigración libanesa se establece entre los
años 1864 y 1900. En este período viajaban con "el permiso turco", por
esta razón surge la de identificar a los oriundos del Líbano, con el
apodo de "Turcos".
El segundo período, que va entre los años 1900 a 1914, tiene como
característica la estabilidad del comercio en el nuevo mundo, por lo que
los emigrados exhortan a sus familiares a la emigración.
El tercer período se da entre la dos guerras mundiales, ya el Líbano
no se encuentra sometido al colonialismo Turco-Otomano, sino que es
ahora parte de un “protectorado” francés.
Durante estos años, las iniciativas francesas para el aprovechamiento
de la mano de obra de la juventud libanesa, hace que la emigración
disminuya quedando las más activas hacia Brasil, Argentina y Venezuela.
Con la obtención de la independencia en 1943 y, con la salida de
Francia, queda cesante un grupo de trabajadores formados en diferentes
aéreas, que anteriormente estaban empleados por la potencia ocupante, el
Líbano ahora independiente, se incorpora a todos los organismos
internacionales, por lo que se diversificó el destino de la emigración
ratificando a Venezuela y a Brasil en América y, Australia y los países
del golfo arábigo como nuevas opciones. Este período es muy importante
porque se fortalece la comunicación e interacción entre los libaneses
residentes y los libaneses emigrados.
En esa etapa comienza el intercambio de productos entre el Líbano a
través de sus emigrados con casi todos los países del mundo. Por ello,
el emigrante libanés en Venezuela se expande por el territorio nacional
buscando las maneras que pueden hacerlo agente del intercambio, y esta
dinámica es la que se ha mantenido hasta hoy día.
Los libaneses de Venezuela, portan con orgullo su pertenencia a ambas
tierras, sus descendientes, nacidos la mayoría en esta tierra de
libertades, son fieles defensores del gentilicio venezolano.
El Líbano, históricamente ha sufrido, este sufrimiento generó la
emigración que hoy forma la diáspora más grande del mundo, y por ello ha
recibido el enriquecimiento de las más diversas culturas y ha nacido
una convergencia en todos los aspectos tan enorme y variado que ha
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ara
la mayoría de las personas, la emigración representa un verdadero
conflicto, el clímax del conflicto para los libaneses que emigraron
hacia América y a otros lugares del mundo, fue la forzosa necesidad de
salir de su tierra natal. Entre los años 1840 y 1870, marcó una época de
acontecimientos que ensangrentaron al Líbano en su lucha contra el
poder imperial Turco-Otomano
La firma en 1864 de un protocolo, por parte del imperio turco, que
impedía el intercambio de mercancías entre la montaña y el litoral,
agudizando la crisis económica y, a la vez, incrementando los impuestos,
desencadenando así, la primera oleada masiva de la emigración libanesa
hacia América y, entre ellas, hacia Venezuela.
El historiador venezolano Ramón Díaz Sánchez, en su obra "Líbano, una
historia de hombres y de pueblos" fija el año de 1864, como el de
llegada del primer libanés a Venezuela, considerando ésta como la
primera fase de presencia, pero no fue sino hasta las dos últimas
décadas del siglo pasado que esta emigración se convirtió en masiva.
Vale la pena acotar, que existen ciertos indicios, de que en el año
1860, un monje Católico Maronita llamado Boutros, llegó a Cumaná
proveniente de Cuba, en busca de libaneses que habían emigrado a América
poco tiempo antes, para tratar de hacerlos regresar al Líbano, de este
hecho no se tienen mayores detalles, pero se concluye que si vino en
búsqueda de libaneses en Venezuela, quiere decir que ya anterior a 1860
se habían establecido emigrantes en el territorio, aunque sin pruebas al
respecto.
El primer período de la emigración libanesa se establece entre los
años 1864 y 1900. En este período viajaban con "el permiso turco", por
esta razón surge la de identificar a los oriundos del Líbano, con el
apodo de "Turcos".
El segundo período, que va entre los años 1900 a 1914, tiene como
característica la estabilidad del comercio en el nuevo mundo, por lo que
los emigrados exhortan a sus familiares a la emigración.
El tercer período se da entre la dos guerras mundiales, ya el Líbano
no se encuentra sometido al colonialismo Turco-Otomano, sino que es
ahora parte de un “protectorado” francés.
Durante estos años, las iniciativas francesas para el aprovechamiento
de la mano de obra de la juventud libanesa, hace que la emigración
disminuya quedando las más activas hacia Brasil, Argentina y Venezuela.
Con la obtención de la independencia en 1943 y, con la salida de
Francia, queda cesante un grupo de trabajadores formados en diferentes
aéreas, que anteriormente estaban empleados por la potencia ocupante, el
Líbano ahora independiente, se incorpora a todos los organismos
internacionales, por lo que se diversificó el destino de la emigración
ratificando a Venezuela y a Brasil en América y, Australia y los países
del golfo arábigo como nuevas opciones. Este período es muy importante
porque se fortalece la comunicación e interacción entre los libaneses
residentes y los libaneses emigrados.
En esa etapa comienza el intercambio de productos entre el Líbano a
través de sus emigrados con casi todos los países del mundo. Por ello,
el emigrante libanés en Venezuela se expande por el territorio nacional
buscando las maneras que pueden hacerlo agente del intercambio, y esta
dinámica es la que se ha mantenido hasta hoy día.
Los libaneses de Venezuela, portan con orgullo su pertenencia a ambas
tierras, sus descendientes, nacidos la mayoría en esta tierra de
libertades, son fieles defensores del gentilicio venezolano.
El Líbano, históricamente ha sufrido, este sufrimiento generó la
emigración que hoy forma la diáspora más grande del mundo, y por ello ha
recibido el enriquecimiento de las más diversas culturas y ha nacido
una convergencia en todos los aspectos tan enorme y variado que ha
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ara
la mayoría de las personas, la emigración representa un verdadero
conflicto, el clímax del conflicto para los libaneses que emigraron
hacia América y a otros lugares del mundo, fue la forzosa necesidad de
salir de su tierra natal. Entre los años 1840 y 1870, marcó una época de
acontecimientos que ensangrentaron al Líbano en su lucha contra el
poder imperial Turco-Otomano
La firma en 1864 de un protocolo, por parte del imperio turco, que
impedía el intercambio de mercancías entre la montaña y el litoral,
agudizando la crisis económica y, a la vez, incrementando los impuestos,
desencadenando así, la primera oleada masiva de la emigración libanesa
hacia América y, entre ellas, hacia Venezuela.
El historiador venezolano Ramón Díaz Sánchez, en su obra "Líbano, una
historia de hombres y de pueblos" fija el año de 1864, como el de
llegada del primer libanés a Venezuela, considerando ésta como la
primera fase de presencia, pero no fue sino hasta las dos últimas
décadas del siglo pasado que esta emigración se convirtió en masiva.
Vale la pena acotar, que existen ciertos indicios, de que en el año
1860, un monje Católico Maronita llamado Boutros, llegó a Cumaná
proveniente de Cuba, en busca de libaneses que habían emigrado a América
poco tiempo antes, para tratar de hacerlos regresar al Líbano, de este
hecho no se tienen mayores detalles, pero se concluye que si vino en
búsqueda de libaneses en Venezuela, quiere decir que ya anterior a 1860
se habían establecido emigrantes en el territorio, aunque sin pruebas al
respecto.
El primer período de la emigración libanesa se establece entre los
años 1864 y 1900. En este período viajaban con "el permiso turco", por
esta razón surge la de identificar a los oriundos del Líbano, con el
apodo de "Turcos".
El segundo período, que va entre los años 1900 a 1914, tiene como
característica la estabilidad del comercio en el nuevo mundo, por lo que
los emigrados exhortan a sus familiares a la emigración.
El tercer período se da entre la dos guerras mundiales, ya el Líbano
no se encuentra sometido al colonialismo Turco-Otomano, sino que es
ahora parte de un “protectorado” francés.
Durante estos años, las iniciativas francesas para el aprovechamiento
de la mano de obra de la juventud libanesa, hace que la emigración
disminuya quedando las más activas hacia Brasil, Argentina y Venezuela.
Con la obtención de la independencia en 1943 y, con la salida de
Francia, queda cesante un grupo de trabajadores formados en diferentes
aéreas, que anteriormente estaban empleados por la potencia ocupante, el
Líbano ahora independiente, se incorpora a todos los organismos
internacionales, por lo que se diversificó el destino de la emigración
ratificando a Venezuela y a Brasil en América y, Australia y los países
del golfo arábigo como nuevas opciones. Este período es muy importante
porque se fortalece la comunicación e interacción entre los libaneses
residentes y los libaneses emigrados.
En esa etapa comienza el intercambio de productos entre el Líbano a
través de sus emigrados con casi todos los países del mundo. Por ello,
el emigrante libanés en Venezuela se expande por el territorio nacional
buscando las maneras que pueden hacerlo agente del intercambio, y esta
dinámica es la que se ha mantenido hasta hoy día.
Los libaneses de Venezuela, portan con orgullo su pertenencia a ambas
tierras, sus descendientes, nacidos la mayoría en esta tierra de
libertades, son fieles defensores del gentilicio venezolano.
El Líbano, históricamente ha sufrido, este sufrimiento generó la
emigración que hoy forma la diáspora más grande del mundo, y por ello ha
recibido el enriquecimiento de las más diversas culturas y ha nacido
una convergencia en todos los aspectos tan enorme y variado que ha
convertido lo libanés en sinónimo de universal.
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