domingo, 11 de junio de 2017

Historia de la llegada de la imprenta a El Tocuyo y de los primeros periodicos de El Tocuyo

      
   
Modelo referencial de la primera imprenta 
     El Tocuyo tuvo una importancia sin precedente en la región por sus publicaciones periódicas. Siempre se pensó que el primer periódico tocuyano fue el “Aura Juvenil”, en 1878, con la llegada de la primera imprenta a la ciudad, sin embargo, a pesar de tenerse poco conocimiento, si era dudoso suponer que habiendo aparecido el primer periódico larense (El Barquisimetano) en , y siendo El Tocuyo la segunda ciudad en importancia del estado Lara no hubiese surgido ningún órgano periodístico en dicho período, por ello Carlos Felice Cardot y Silva Uzcátegui señalan que en Valencia, en el año 1839, se edita el primer periódico tocuyano titulado Boletín de El Tocuyo, redactado por Andrés Oropeza.

     También se conoce que en 1877, se publicó en Barquisimeto otro periódico tocuyano llamado “La Concordia”, redactado por José Jiménez y Lisandro Alvarado, en honor al Colegio del maestro Egidio Montesinos. Pero mucho más importante ha sido la revelación del cronista barquisimetano Ramón Querales (El Impulso. 10/04/1990), quien ha señalado que no hay nada que demuestre la existencia de “El Barquisimetano” (1833), y que esto es mito más de las crónicas, por lo que el primer periódico larense sería el “Boletín del Tocuyo”. Según Querales, es en 1840, cuando aparece el primer periódico barquisimetano, “Boletín Provisional de Barquisimeto”. Además añade que en ese mismo año circuló “Eco Popular”, posiblemente también de origen tocuyano. También es importante señalar que el primer centro cultural de la ciudad fue el Club de Amigos (1878), creado por Manuel Rodríguez López y entre cuyos 251 miembros destacaron el general José Espiritusantos Gil (Pelón Gil; padre de Gil Fortoul) y el intelectual Carlos Liscano.

      Este club trae la primera imprenta a El Tocuyo, y publica el periódico “El Aura Juvenil”, redactado por los aun estudiantes del Colegio La Concordia: José Gil Fortoul y Lisandro Alvarado, dedicado a la literatura pero también a los problemas sociales y políticos. En esta misma imprenta, se publicó “El Progreso”, dirigido por el Pelón Gil, cuyo fin era atacar a sus enemigos políticos. Debido a que las publicaciones molestaron a los jefes políticos de la época, la imprenta fue robada y lanzada a una quebrada, de donde fue rescatada por los hermanos Colmenares. Luego vendría “El Ciudadano”, redactado por José Gil Fortoul, “El Tocuyano” (1882) de José Benito Hurtado, quien era un profundo conocedor de los asuntos jurídicos. La presentación de este periódico se hizo con la siguiente nota editorial.

      Publicaremos en nuestro periódico todo escrito que trate de interés general. (…) Las ciencias, las industrias y las artes ocuparán nuestra atención, insertando con preferencia lo que con ella se relacione. (...) La literatura, que es uno de los principales elementos de la vida social, debe fomentarse; por lo cual colocaremos en nuestras columnas las producciones de los literatos que se dignen. (…) No pensamos, como otros, que debe excluirse de la política nuestro periódico, por el contrario, creemos que es un deber de todo periodista tomar fuente activa y entrevista en todo lo que se relaciones con los intereses de la patria. Nosotros no queremos incurrir en el indiferentísmo, ese cáncer que causa la muerte de las libertades públicas. 

Por tal motivo, trataremos la política con la mayor moderación e imparcialidad. (El Tocuyano. Octubre 7 de 1882 No.1. Mes 1.) 

En 1881, el sacerdote José M Pérez Limardo publica ”El Año Nuevo“; luego vendrían “El Antruejo”, “El Caracol”, “La Idea” (1883), éste último fue el primer diario publicado en el estado Lara, redactado por el poeta tocuyano Hilario Luna y Luna (hijo de ex esclavos, fue abogado, político y poeta) y Leandro Colmenarez; ”El Eco”(1885) de Rafael Chirinos. En 1889, J.A. Pérez Limardo dirige “El Rayo Azul”; “El Tiempo” (1891) de Carlos Cardot; ”La Cartera”, (1893), publicada por José Ángel y Rafael Rodríguez López, J. A. Pérez Limardo y Antonio Crespo 252 Gutiérrez; Gelacio Rivero, emulando lo que fue el periódico de Antonio Leocadio Guzmán, edita “El Venezolano” (1891). 

Luego vendría “El Escenógrafo”, publicado por Virgilio Arráez en 1894; “El Ideal” de la Sociedad de Amigos, fundada en 1892. Muchos de estos periódicos tenían un claro sentido político, entre los liberales y los conservadores, como se evidencia en la “Divisa Liberal“, de J. Pérez Veracoechea, a fínales del siglo XIX. Otros de la misma época y de carácter humanístico fueron: “El Grillo”, “El Murciélago”, “El Pigmeo”, “La Pulga”. En 1895, Eutropio Vidal publica “El Andino”, un año después Manuel Pérez Aranguibel publica “Travesuras”. En 1894, se creó la Sociedad Recreativa y Progresista que contaría con el “Propulsor”, el periódico de mayor duración en la historia periodista de El Tocuyo (20 años). 

En 1911, se crea el Club Ideal, que sería luego unificado con la Sociedad Recreativa y Progresista, constituyendo lo que sería, desde 1919, el Club Concordia. Estos periódicos eran diversos, algunos exclusivamente literarios, en otros se trataba los problemas políticos y sociales, el acontecer nacional e internacional, unos de aparición quincenal o mensual y otros poco semanal o diarios. Así tenemos “El Radical”, de Rafael Perdomo Rodríguez. “El Ideal”, perteneciente al club con el mismo nombre, “El Concordia” (1904),” El Sansón” de Lisandro Felice, “La Torcaz”, primer periódico de carácter comercial (1906), órgano de la empresa comercial con el mismo nombre y dirigido por los escritores Miguel José y Arturo Tamayo, quienes compraron la imprenta de los hermanos Colmenares. Mui señor nuestro i amigo: Tenemos el placer de participar a usted que hemos comprado el negocio que con el nombre de “Imprenta Colmenares” estuvo establecido por muchos años en esta plaza i que nos proponemos ensanchar de acuerdo con las exigencias de un moderno taller tipográfico. 

La prensa está reputada como una de las mejores del Estado i cuenta con un buen surtido de tipos que pone a la empresa en capacidad de atender a cualquier trabajo por largo i laborioso que sea. Sin embargo: siendo nuestro objeto levantar este nuevo negocio que emprendemos, a la altura de los más modernos del  país, hemos pedido ya al exterior todo cuanto es necesario para lograr nuestro objeto. Mientras tanto, trabajamos con los elementos de que actualmente disponemos, garantizando, eso sí, la nitidez i perfección en los encargos que se confían a nuestra dirección. 

El nombre del establecimiento es: TIPOGRAFÍA DE LA TORCAZ i está al servicio del público desde esta fecha. Más adelante agrega: Nuestra empresa cuenta además, con todo lo necesario en el ramo, como papeles finos para cartas, sobres de todos tamaños, tarjetas surtidas, cromos para bautizo, materiales para talonarios, etc, Tan pronto como recibamos los efectos encargados al exterior, publicaremos un catálogo que haremos circular profusamente entre nuestros relacionados a quienes mui particularmente ofrecemos nuestro taller tipográfico contándolos de antemano, entre los favorecedores de la nueva empresa. Con nuestros votos por su prosperidad nos es grato suscribirnos. Sus atentos servidores i amigos, Miguel Tamayo é hijos. (La Torcaz. Julio 1° de 1915. No. 219) 

Otros órganos comerciales fueron “La Primavera”, de Rodríguez y Agüero, redactado por Bartolomé Losada; “Liver Pool” de García Hermanos,” La Tentación” de Simón Saldivia, redactado por R. Losada Cadenas. Otros de carácter literario fueron: “Cosmopolita” (1907-1917) primero de Lisandro Felice y luego de Gabriel Anzola y después de Rafael Rodríguez, Revista ”Renacimiento” (1917) dirigida por Pío Tamayo acompañándolo en la redacción Roberto Montesinos y Alcides Losada, “El Arpa” de José Remigio Cubas y Ricarte Olavarrieta, “El Precursor” de la sociedad San Juan Bautista, “La Hormiguita”, y El “Árbol” de carácter humorístico. En 1913, aparece la Gaceta Municipal, órgano de la cámara municipal cuyo presidente y secretario eran Bartolomé Losada y Pedro Montesinos (hijo de Egidio Montesinos), respectivamente. Todos estos son algunos de los periódicos que hacían vida durante las dos primeras décadas del siglo XX tocuyano, luego en los años veinte aparecerían otros órganos divulgativos como “Juventud”, dirigido por el poeta Rafael Guédez, dedicado a la actividad literaria; luego vendrían “El 254 Luchador”, posteriormente aparecería ”El Tocuyo” de los hermanos Losada (1921- 1929), que fue uno de los mejores periódicos que ha tenido la ciudad, publicado en la tipografía “El Comercio”, contando con una moderna máquina, cuyos propietarios fueron los propios Losada, Napoleón Reinoso, Agustín Gil, Carlos Sequera Cardot y Antonio Tovar Pérez. “Eco Juvenil”, periódico literario dominical, publicado también en la tipografía “El Comercio”. La Sociedad Patriótica General Trinidad Morán creó un órgano llamado “Ayacucho”, cuyo objetivo fundamentalmente fue defender la figura del héroe. Así mismo, el centro de estudiantes del Colegio Federal creó, en 1929, la revista “Luz”, para divulgar la cultura tocuyana. Según Francisco Suárez (1945), al referirse al periodismo de las dos primeras décadas del siglo XX, señala que: “Las mismas mejoras introducidas en los planes educativos sirven así mismo para fijar una más amplia orientación no solo a las técnicas políticas sino a encausar, frente a las nuevas escuelas literarias el estilo y buen gusto de los escritores nuevos.” 
(p.216). “Fue así como en un período de poco mas de catorce años, no obstante las alternativas de conatos y develaciones de revueltas, el periodismo local gozó de la suficiente libertad para poder editar en las prensas de la ciudad mas de cuarenta periódicos, casi la mayoría de carácter literario y de intereses generales”. (Idem. P.217). En la década de los treinta del siglo XX, producto de la depresión económica y de la represión política, se nota un decaimiento en la cultura tocuyana, pero no por ello dejaron de aparecer importantes órganos como “El Arado” de Agustín Gil, dedicado fundamentalmente a la divulgación de los asuntos económicos de la región, otros periódicos de la época fueron: “El Atlante”(1931), dirigido por Ramón Orellana; Morisquetas de Robiro Asuaje; “ “Semana” de Lino Zárate;” El Relator “ de Viloria Yépez; “El Nuevo Tiempo” de Florencio Suárez. En las décadas de los cuarenta y los cincuenta aparecen otros periódicos como “El Cardón” de Pablo Rivero Rojas y José Asuaje;”Idea”, redactado por Marco 255 Tulio Bruni Celli; “El Tamunangue” de Federico Peraza Yépez y Beltrán Bravo. Anteriormente, en 1926, aparece la revista Quincena Literaria de gran renombre a nivel nacional pero que tuvo varias etapas, en una primera dirigida por Alcides Losada y Roberto Montesinos y luego, una segunda, encabezada por Virgilio Crespo González y Antonio Crespo Meléndez, en los años cuarenta la dirige Roberto Montesinos y Federico Peraza Yépez. Pocos años después la edita el poeta Montesinos y Hernán Garmendia y en la década de los setenta es relanzada por Rafael Montes de Oca Martínez. En los años sesenta, reaparece el periódico “El Tocuyo”, utilizando la misma imprenta dejada por los hermanos Losada, pero dirigida ahora por José González, quien no solamente rescató este órgano sino el periodismo en general en El Tocuyo, que había caído lastimosamente en la década de los cincunta. “El Tocuyo” se mantuvo casi sin interrupciones hasta principios de los años ochenta dirigido por Raúl Colmenares, cuando la crisis económica lo conduce a su cierre, quedando así la ciudad sin órganos divulgativos periódicas.

    Al menos cuatro imprentas existentes en El Tocuyo hicieron posible la aparición de mas de cien periódicos y revistas, de los cuales aquí hemos mencionado solamente algunos, como simple referencia, para destacar la importancia de la labor periodística en la ciudad de El Tocuyo, cuya trascendencia fue mucho más allá de la propia ciudad, además muchos fueron los tocuyanos que escribieron o llegaron a ocupar cargos directivos de importantes órganos divulgativos a nivel nacional. EL TOCUYO en todas partes. Cada vez estamos más satisfechos de haber fundado este periódico, porque vemos frecuentemente correspondidos nuestros esfuerzos con la buena aceptación del público de esta y otras ciudades de la República. Desde el presente mes empezará a servir una agencia de EL TOCUYO en Caracas nuestro inteligente amigo y paisano el joven Julio Alvarado S., también en Siquisiqui acabamos de establecer otra agencia a cargo del señor Miguel Pacheco; desde Carora, nuestra Agente, la gentil señorita Esperanza Rodríguez nos pide aumento de suscripciones, y aquí, han engrosado las filas de nuestros lectores para este mes los señores Cnel. Pedro Gutiérrez P., Luís González O., Antonio Colmenares, Rafael Lucena, Agapito Pérez Cordero, Ventura Aguilar, Jorge Linares, Gregorio González, Antonio Yépes Cantillo, Pedro Márquez y Fortunato Yépes Yépes. (El Tocuyo 2 de abril de 1922. nº. 49. año: i) “El Tocuyo”, se convirtió en una referencia obligatoria en el mundo de las letras, impulsada por una élite social, y se dedicó amplios espacios a la defensa de la actividad periodística en el ámbito nacional. Se celebraba o se repudiaba con fuerza la apertura o el cierre de cualquier empresa de esta índole, pues el periodismo era considerado como el “orientador en las actividades mundiales” símbolo del progreso y las letras, manifestación de “civilización”.

     Desde esta localidad se defendía la actividad periodística, no solo como profesión –tal como lo hemos visto anteriormente- sino como ejercicio en las otras regiones, tal como ocurrió en el contexto del cierre del Diario de Carora. Hasta mi ha llegado la mala nueva anunciadora de la próxima suspensión de El Diario de Carora. De la certidumbre del aviso no estoy seguro pero dado de que así sea, de todo corazón deploro la noticia que nada tendría de extraña dados los precarios modos de subsistencia con que cuenta el periodismo en nuestros medios. Carora, (como El Tocuyo, como Barquisimeto, como Quíbor) necesitan periódicos que circulen todos los días del año para que así, de ese modo, tenga derecho a las consideraciones de ciudad, culta, letrada, progresiva. Al suspender sus labores El Diario, Carora queda virtualmente aislada del mundo, porque ha anulado su principal vehículo de comunicación con las demás sociedades nacionales y extranjeras, habrá roto el nexo de unificación intelectual y social que semanalmente nos informaba de los ajetreos que vivifican la cuna perínclita de Jacinto Lara y Riera Aguinalgalde. Muchos instantes de pesimista meditación ofrece el fenómeno intelectual de la anulación de una empresa periodística como la que nos ocupa: en primer término hay que pensar en los días optimistas en que fue fundada, luego en las vicisitudes que hubo de vencer y en su auge y decadencia. De seguro que los empresarios de El Diario consideraron, para su fundación, factores que empezaron respondiendo a las aspiraciones de aquellos: suscripciones, colaboradores intelectuales e industriales; etc., etc. Se contaba con los lectores en primer lugar –hablo 257 de los lectores que pagan la suscripción – después con los avisos y reclamos del comercio y de la industria. Por varios años, mejor, varios lustros, la empresa de El Diario – a cuyo frente se ha encontrado valientemente el señor José Herrera- parecían vivir vida segura. Todos creíamos en la minoría analfabeta del distrito Torres y en su prosperidad industrial. Pensábamos: desde luego que El Diario se sostiene y pelecha es porque en Carora hay un núcleo numeroso que lee y lo paga y un comercio que avisa porque hace buenos negocios, en fin, en Carora, hay vida espiritual y material. Esas, claro está, son las consideraciones que hacemos de la localidad donde se edita un diario, una revista, un libro. Más adelante agrega: Yo sé lo que cuesta sostener un diario en nuestros medios sociales. Nuestros comerciantes, nuestros industriales, no avisan. Gran número de suscriptores lo son nominalmente. Si se avisa, se regatea el precio del aviso. Gran cantidad de ejemplares se va gratis, para que circule el periódico y ser leales con la propaganda industrial o comercial que se nos confía. Y el problema permanece irresuelto mientras lo haya la venta al pregón. Las suscripciones son el cáncer de los diarios. Tiene mil complicaciones con la vanidad y los demás intereses de los favorecedores sin contar con otras que son, mil veces, peores. Así, me doy a pensar en las razones que asistirá al Director de El Diario cuando, según se nos ha dicho, tiene el proyecto de acabar con él. De todo corazón lo siento, porque dicho periódico es de los que honran el diarismo nacional y dan realce a la colectividad donde se edita. Roberto Montesinos. (El Tocuyo. 1-02- DE 1929.Año: VIII- Mes V- Número 1887). 

       Lamentablemente, poco meses después el que cerraría seria “El Tocuyo”. La prensa escrita va a promocionar y proyectar un nuevo tipo de consumo, de los productos que ya no solo llegaban a Caracas desde el exterior por diversas vías, sino que gracias a los novedosos medios de comunicación y transporte se expanden por el resto del país, cambiando los modos de vida, sobre todo el de las elites –por su mayor capacidad de consumo- que hasta ese momento eran poco diferenciados al consumo del resto de la mayoría de la población. 258 Estos productos (modas, alimentos, vestidos, cine, entre otros), que se promocionaban en la prensa, y los traídos por los viajeros o los inmigrantes europeos y luego norteamericanos, transformarían parte de la cultura agraria, vinculada directamente a la producción de la tierra, en una cultura urbana cosmopolita, de un significativo consumo mercantil, que pretende modelar e imitar las culturas, modos de vida y el pensamiento de las grandes urbes mundiales. Lo expresado en la prensa refleja el nuevo tipo de alimentos, vestidos, productos cosméticos, diversiones, que contribuyen a establecer una diferencia con el tiempo histórico anterior, dado que se crean nuevas necesidades que a su vez generarían la demanda de un tipo de comercio y actividades económicas no tradicionales, estas se ven forzadas a dar paso a unas nuevas características de la oferta y la demanda.

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