jueves, 13 de octubre de 2016

CURSO DE TECNICAS DE EXCAVCION ARQUEOLOGICA Y LA ESTRATIGRAFIA (PARTE !)



TÉCNICAS DE EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA

El deseo de cavar la tierra en busca de objetos valiosos es seguramente una de las más antiguas pasiones humanas, y la excavación arqueológica puede ser una de sus manifestaciones más recientes. La historia de los métodos de excavación refleja las actitudes cambiantes de las sucesivas generaciones sobre qué debería ser considerado valioso. Cuando, a principios del siglo XIX, el excavador Richard Colt Hoare «cavaba simples agujeros en los túmulos para procurarse las reliquias del jefe lo más rápidamente posible» (Gray, 1906, p. 3), su interés no se dirigía precisamente hacia los fragmentos de cerámica o los detalles estratigráficos, sino hacia los recipientes enteros, los objetos de metales preciosos y otros artefactos completos. Los fragmentos de cerámica, los granos de polen o la escoria de hierro vista a través de rayos X se han convertido en nuestros días en objetos valiosos para los excavadores perspicaces y sus colegas. Aparte de los artefactos, los primeros excavadores se interesaban en los muros y en las fosas. No ha sido hasta hace muy poco cuando los niveles de ocupación -los elementos arqueológicos más corrienteshan recibido la atención que se merecen. Si Colt Hoare se limitaba a excavar agujeros, ¿cómo realizaban su trabajo las generaciones posteriores de excavadores?

Los métodos de excavación son un tema sobre el que rara vez se hace mención en las publicaciones y sobre el que sola  mente tiene alguna idea aquel que ha pasado largas temporadas en excavaciones ... en las memorias científicas, los métodos con frecuencia se deducen, pero pocas veces se describen, ya que se da por sentado que los leerán colegas excavadores que no necesitan saber nada acerca de los métodos (Kenyon, 1939, p. 29).

El estudiante moderno es afortunado al tener Techniques of Archaeological Excavation (Barker, 1977), un estudio excelente sobre el tema, realizado por uno de los más importantes excavadores de Gran Bretaña. En este capítulo se intentará dar una visión de conjunto histórica de las técnicas de excavación. Se debe hacer una distinción entre dos aspectos de la excavación arqueológica. El primero es la estrategia o plan para dirigir la excavación, como en este ejemplo de sir Flinders Petrie:
El mejor examen es por trincheras paralelas, ya que dan una mejor visión del suelo, y así la tierra que se extrae se puede ir echando en la trinchera precedente, si ya no interesa (Pe trie, 1904, p. 41).
Por el contrario, Philip Barker aboga por la estrategia del área abierta [open area], aunque contemplando el uso, como muchos excavadores modernos, del método del cuadrante en determinadas circunstancias (Barker, 1977). La estrategia de excavación es diferente a un segundo aspecto, que es el proceso por el que se lleva a cabo la excavación propiamente dicha. Hay dos procesos de excavación, el arbitrario y el estratigráfico. La excavación arbitraria constituye la simple remoción de tierra por cualquier medio, o bien se trata de una excavación controlada a través de niveles de un grosor determinado y previamente establecido. En la excavación estratigráfica, los depósitos arqueológicos se exhuman respetando sus propias formas y contornos, siguiendo la secuencia inversa a la que fueron depositados. Cualquiera de estos procesos puede usarse con cada una de las diferentes estrategias. Se trata de dos sistemas independientes: la presencia en una excavación de un conjunto de pulidas y ordenadas trincheras no indica el proceso que sigue el ex

cavador dentro de esas áreas. El proceso de excavación es mucho más importante que la estrategia, porque la excavación es una muestra del pasado tomada del interior de un área y la validez de esa muestra está directamente relacionada con el proceso que el excavador ha seguido al extraerla, y tiene poco que ver con el hecho de si el yacimiento era una trinchera, un conjunto de pequeños cuadrantes o una gran área abierta. Ambos, tanto la estrategia como el proceso de excavación, pueden deducirse de una memoria publicada, aunque la estrategia de excavación también deja huella arqueológica. Barrett y Bradley (1978), por ejemplo, han demostrado a través de la reexcavación de uno de los yacimientos de Pitt-Rivers, que éste practicaba, al estilo de Petrie, una serie de trincheras, excavadas y rellenadas sucesivamente. En cambio, el proceso de excavación no deja trazas físicas sobre el terreno, y la palabra y el registro del excavador son las únicas pruebas sobre su naturaleza. Durante las dos últimas centurias se han ideado cierto número de estrategias, mientras que sólo han sido dos los procesos utilizados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario