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Modelo referencial de la primera imprenta |
El Tocuyo tuvo una importancia sin precedente en la región por sus
publicaciones periódicas.
Siempre se pensó que el primer periódico tocuyano fue el “Aura Juvenil”, en 1878,
con la llegada de la primera imprenta a la ciudad, sin embargo, a pesar de tenerse
poco conocimiento, si era dudoso suponer que habiendo aparecido el primer
periódico larense (El Barquisimetano) en , y siendo El Tocuyo la segunda ciudad
en importancia del estado Lara no hubiese surgido ningún órgano periodístico en
dicho período, por ello Carlos Felice Cardot y Silva Uzcátegui señalan que en
Valencia, en el año 1839, se edita el primer periódico tocuyano titulado Boletín de
El Tocuyo, redactado por Andrés Oropeza.
También se conoce que en 1877, se
publicó en Barquisimeto otro periódico tocuyano llamado “La Concordia”,
redactado por José Jiménez y Lisandro Alvarado, en honor al Colegio del maestro
Egidio Montesinos.
Pero mucho más importante ha sido la revelación del cronista barquisimetano
Ramón Querales (El Impulso. 10/04/1990), quien ha señalado que no hay nada
que demuestre la existencia de “El Barquisimetano” (1833), y que esto es mito
más de las crónicas, por lo que el primer periódico larense sería el “Boletín del
Tocuyo”. Según Querales, es en 1840, cuando aparece el primer periódico
barquisimetano, “Boletín Provisional de Barquisimeto”. Además añade que en ese
mismo año circuló “Eco Popular”, posiblemente también de origen tocuyano.
También es importante señalar que el primer centro cultural de la ciudad fue el
Club de Amigos (1878), creado por Manuel Rodríguez López y entre cuyos
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miembros destacaron el general José Espiritusantos Gil (Pelón Gil; padre de Gil
Fortoul) y el intelectual Carlos Liscano.
Este club trae la primera imprenta a El
Tocuyo, y publica el periódico “El Aura Juvenil”, redactado por los aun estudiantes
del Colegio La Concordia: José Gil Fortoul y Lisandro Alvarado, dedicado a la
literatura pero también a los problemas sociales y políticos.
En esta misma imprenta, se publicó “El Progreso”, dirigido por el Pelón Gil, cuyo
fin era atacar a sus enemigos políticos. Debido a que las publicaciones molestaron
a los jefes políticos de la época, la imprenta fue robada y lanzada a una quebrada,
de donde fue rescatada por los hermanos Colmenares. Luego vendría “El
Ciudadano”, redactado por José Gil Fortoul, “El Tocuyano” (1882) de José Benito
Hurtado, quien era un profundo conocedor de los asuntos jurídicos. La
presentación de este periódico se hizo con la siguiente nota editorial.
Publicaremos en nuestro periódico todo escrito que trate de interés
general. (…) Las ciencias, las industrias y las artes ocuparán nuestra
atención, insertando con preferencia lo que con ella se relacione. (...)
La literatura, que es uno de los principales elementos de la vida social,
debe fomentarse; por lo cual colocaremos en nuestras columnas las
producciones de los literatos que se dignen. (…) No pensamos, como
otros, que debe excluirse de la política nuestro periódico, por el
contrario, creemos que es un deber de todo periodista tomar fuente
activa y entrevista en todo lo que se relaciones con los intereses de la
patria. Nosotros no queremos incurrir en el indiferentísmo, ese cáncer
que causa la muerte de las libertades públicas.
Por tal motivo,
trataremos la política con la mayor moderación e imparcialidad. (El
Tocuyano. Octubre 7 de 1882 No.1. Mes 1.)
En 1881, el sacerdote José M Pérez Limardo publica ”El Año Nuevo“; luego
vendrían “El Antruejo”, “El Caracol”, “La Idea” (1883), éste último fue el primer
diario publicado en el estado Lara, redactado por el poeta tocuyano Hilario Luna y
Luna (hijo de ex esclavos, fue abogado, político y poeta) y Leandro Colmenarez;
”El Eco”(1885) de Rafael Chirinos. En 1889, J.A. Pérez Limardo dirige “El Rayo
Azul”; “El Tiempo” (1891) de Carlos Cardot; ”La Cartera”, (1893), publicada por
José Ángel y Rafael Rodríguez López, J. A. Pérez Limardo y Antonio Crespo
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Gutiérrez; Gelacio Rivero, emulando lo que fue el periódico de Antonio Leocadio
Guzmán, edita “El Venezolano” (1891).
Luego vendría “El Escenógrafo”, publicado
por Virgilio Arráez en 1894; “El Ideal” de la Sociedad de Amigos, fundada en 1892.
Muchos de estos periódicos tenían un claro sentido político, entre los liberales y
los conservadores, como se evidencia en la “Divisa Liberal“, de J. Pérez
Veracoechea, a fínales del siglo XIX. Otros de la misma época y de carácter
humanístico fueron: “El Grillo”, “El Murciélago”, “El Pigmeo”, “La Pulga”. En 1895,
Eutropio Vidal publica “El Andino”, un año después Manuel Pérez Aranguibel
publica “Travesuras”.
En 1894, se creó la Sociedad Recreativa y Progresista que contaría con el
“Propulsor”, el periódico de mayor duración en la historia periodista de El Tocuyo
(20 años).
En 1911, se crea el Club Ideal, que sería luego unificado con la
Sociedad Recreativa y Progresista, constituyendo lo que sería, desde 1919, el
Club Concordia.
Estos periódicos eran diversos, algunos exclusivamente literarios, en otros se
trataba los problemas políticos y sociales, el acontecer nacional e internacional,
unos de aparición quincenal o mensual y otros poco semanal o diarios. Así
tenemos “El Radical”, de Rafael Perdomo Rodríguez. “El Ideal”, perteneciente al
club con el mismo nombre, “El Concordia” (1904),” El Sansón” de Lisandro Felice,
“La Torcaz”, primer periódico de carácter comercial (1906), órgano de la empresa
comercial con el mismo nombre y dirigido por los escritores Miguel José y Arturo
Tamayo, quienes compraron la imprenta de los hermanos Colmenares.
Mui señor nuestro i amigo: Tenemos el placer de participar a usted que
hemos comprado el negocio que con el nombre de “Imprenta
Colmenares” estuvo establecido por muchos años en esta plaza i que
nos proponemos ensanchar de acuerdo con las exigencias de un
moderno taller tipográfico.
La prensa está reputada como una de las
mejores del Estado i cuenta con un buen surtido de tipos que pone a la
empresa en capacidad de atender a cualquier trabajo por largo i
laborioso que sea. Sin embargo: siendo nuestro objeto levantar este
nuevo negocio que emprendemos, a la altura de los más modernos del país, hemos pedido ya al exterior todo cuanto es necesario para lograr
nuestro objeto. Mientras tanto, trabajamos con los elementos de que
actualmente disponemos, garantizando, eso sí, la nitidez i perfección en
los encargos que se confían a nuestra dirección.
El nombre del
establecimiento es: TIPOGRAFÍA DE LA TORCAZ i está al servicio del
público desde esta fecha.
Más adelante agrega:
Nuestra empresa cuenta además, con todo lo necesario en el ramo,
como papeles finos para cartas, sobres de todos tamaños, tarjetas
surtidas, cromos para bautizo, materiales para talonarios, etc, Tan
pronto como recibamos los efectos encargados al exterior,
publicaremos un catálogo que haremos circular profusamente entre
nuestros relacionados a quienes mui particularmente ofrecemos nuestro
taller tipográfico contándolos de antemano, entre los favorecedores de
la nueva empresa. Con nuestros votos por su prosperidad nos es grato
suscribirnos. Sus atentos servidores i amigos, Miguel Tamayo é hijos.
(La Torcaz. Julio 1° de 1915. No. 219)
Otros órganos comerciales fueron “La Primavera”, de Rodríguez y Agüero,
redactado por Bartolomé Losada; “Liver Pool” de García Hermanos,” La Tentación”
de Simón Saldivia, redactado por R. Losada Cadenas. Otros de carácter literario
fueron: “Cosmopolita” (1907-1917) primero de Lisandro Felice y luego de Gabriel
Anzola y después de Rafael Rodríguez, Revista ”Renacimiento” (1917) dirigida
por Pío Tamayo acompañándolo en la redacción Roberto Montesinos y Alcides
Losada, “El Arpa” de José Remigio Cubas y Ricarte Olavarrieta, “El Precursor” de
la sociedad San Juan Bautista, “La Hormiguita”, y El “Árbol” de carácter
humorístico.
En 1913, aparece la Gaceta Municipal, órgano de la cámara municipal cuyo
presidente y secretario eran Bartolomé Losada y Pedro Montesinos (hijo de Egidio
Montesinos), respectivamente. Todos estos son algunos de los periódicos que
hacían vida durante las dos primeras décadas del siglo XX tocuyano, luego en los
años veinte aparecerían otros órganos divulgativos como “Juventud”, dirigido por
el poeta Rafael Guédez, dedicado a la actividad literaria; luego vendrían “El
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Luchador”, posteriormente aparecería ”El Tocuyo” de los hermanos Losada (1921-
1929), que fue uno de los mejores periódicos que ha tenido la ciudad, publicado
en la tipografía “El Comercio”, contando con una moderna máquina, cuyos
propietarios fueron los propios Losada, Napoleón Reinoso, Agustín Gil, Carlos
Sequera Cardot y Antonio Tovar Pérez. “Eco Juvenil”, periódico literario dominical,
publicado también en la tipografía “El Comercio”. La Sociedad Patriótica General
Trinidad Morán creó un órgano llamado “Ayacucho”, cuyo objetivo
fundamentalmente fue defender la figura del héroe. Así mismo, el centro de
estudiantes del Colegio Federal creó, en 1929, la revista “Luz”, para divulgar la
cultura tocuyana.
Según Francisco Suárez (1945), al referirse al periodismo de las dos primeras
décadas del siglo XX, señala que: “Las mismas mejoras introducidas en los planes
educativos sirven así mismo para fijar una más amplia orientación no solo a las
técnicas políticas sino a encausar, frente a las nuevas escuelas literarias el estilo y
buen gusto de los escritores nuevos.”
(p.216). “Fue así como en un período de
poco mas de catorce años, no obstante las alternativas de conatos y develaciones
de revueltas, el periodismo local gozó de la suficiente libertad para poder editar en
las prensas de la ciudad mas de cuarenta periódicos, casi la mayoría de carácter
literario y de intereses generales”. (Idem. P.217).
En la década de los treinta del siglo XX, producto de la depresión económica y de
la represión política, se nota un decaimiento en la cultura tocuyana, pero no por
ello dejaron de aparecer importantes órganos como “El Arado” de Agustín Gil,
dedicado fundamentalmente a la divulgación de los asuntos económicos de la
región, otros periódicos de la época fueron: “El Atlante”(1931), dirigido por Ramón
Orellana; Morisquetas de Robiro Asuaje; “ “Semana” de Lino Zárate;” El Relator “
de Viloria Yépez; “El Nuevo Tiempo” de Florencio Suárez.
En las décadas de los cuarenta y los cincuenta aparecen otros periódicos como
“El Cardón” de Pablo Rivero Rojas y José Asuaje;”Idea”, redactado por Marco
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Tulio Bruni Celli; “El Tamunangue” de Federico Peraza Yépez y Beltrán Bravo.
Anteriormente, en 1926, aparece la revista Quincena Literaria de gran renombre a
nivel nacional pero que tuvo varias etapas, en una primera dirigida por Alcides
Losada y Roberto Montesinos y luego, una segunda, encabezada por Virgilio
Crespo González y Antonio Crespo Meléndez, en los años cuarenta la dirige
Roberto Montesinos y Federico Peraza Yépez. Pocos años después la edita el
poeta Montesinos y Hernán Garmendia y en la década de los setenta es relanzada
por Rafael Montes de Oca Martínez.
En los años sesenta, reaparece el periódico “El Tocuyo”, utilizando la misma
imprenta dejada por los hermanos Losada, pero dirigida ahora por José González,
quien no solamente rescató este órgano sino el periodismo en general en El
Tocuyo, que había caído lastimosamente en la década de los cincunta. “El
Tocuyo” se mantuvo casi sin interrupciones hasta principios de los años ochenta
dirigido por Raúl Colmenares, cuando la crisis económica lo conduce a su cierre,
quedando así la ciudad sin órganos divulgativos periódicas.
Al menos cuatro imprentas existentes en El Tocuyo hicieron posible la aparición
de mas de cien periódicos y revistas, de los cuales aquí hemos mencionado
solamente algunos, como simple referencia, para destacar la importancia de la
labor periodística en la ciudad de El Tocuyo, cuya trascendencia fue mucho más
allá de la propia ciudad, además muchos fueron los tocuyanos que escribieron o
llegaron a ocupar cargos directivos de importantes órganos divulgativos a nivel
nacional.
EL TOCUYO en todas partes. Cada vez estamos más satisfechos de
haber fundado este periódico, porque vemos frecuentemente
correspondidos nuestros esfuerzos con la buena aceptación del público
de esta y otras ciudades de la República.
Desde el presente mes empezará a servir una agencia de EL TOCUYO
en Caracas nuestro inteligente amigo y paisano el joven Julio Alvarado
S., también en Siquisiqui acabamos de establecer otra agencia a cargo
del señor Miguel Pacheco; desde Carora, nuestra Agente, la gentil
señorita Esperanza Rodríguez nos pide aumento de suscripciones, y aquí, han engrosado las filas de nuestros lectores para este mes los
señores Cnel. Pedro Gutiérrez P., Luís González O., Antonio
Colmenares, Rafael Lucena, Agapito Pérez Cordero, Ventura Aguilar,
Jorge Linares, Gregorio González, Antonio Yépes Cantillo, Pedro
Márquez y Fortunato Yépes Yépes. (El Tocuyo 2 de abril de 1922. nº.
49. año: i)
“El Tocuyo”, se convirtió en una referencia obligatoria en el mundo de las letras,
impulsada por una élite social, y se dedicó amplios espacios a la defensa de la
actividad periodística en el ámbito nacional. Se celebraba o se repudiaba con
fuerza la apertura o el cierre de cualquier empresa de esta índole, pues el
periodismo era considerado como el “orientador en las actividades mundiales”
símbolo del progreso y las letras, manifestación de “civilización”.
Desde esta
localidad se defendía la actividad periodística, no solo como profesión –tal como lo
hemos visto anteriormente- sino como ejercicio en las otras regiones, tal como
ocurrió en el contexto del cierre del Diario de Carora.
Hasta mi ha llegado la mala nueva anunciadora de la próxima
suspensión de El Diario de Carora. De la certidumbre del aviso no estoy
seguro pero dado de que así sea, de todo corazón deploro la noticia que
nada tendría de extraña dados los precarios modos de subsistencia con
que cuenta el periodismo en nuestros medios.
Carora, (como El Tocuyo, como Barquisimeto, como Quíbor) necesitan
periódicos que circulen todos los días del año para que así, de ese
modo, tenga derecho a las consideraciones de ciudad, culta, letrada,
progresiva. Al suspender sus labores El Diario, Carora queda
virtualmente aislada del mundo, porque ha anulado su principal vehículo
de comunicación con las demás sociedades nacionales y extranjeras,
habrá roto el nexo de unificación intelectual y social que semanalmente
nos informaba de los ajetreos que vivifican la cuna perínclita de Jacinto
Lara y Riera Aguinalgalde.
Muchos instantes de pesimista meditación ofrece el fenómeno
intelectual de la anulación de una empresa periodística como la que nos
ocupa: en primer término hay que pensar en los días optimistas en que
fue fundada, luego en las vicisitudes que hubo de vencer y en su auge y
decadencia. De seguro que los empresarios de El Diario consideraron,
para su fundación, factores que empezaron respondiendo a las
aspiraciones de aquellos: suscripciones, colaboradores intelectuales e
industriales; etc., etc. Se contaba con los lectores en primer lugar –hablo
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de los lectores que pagan la suscripción – después con los avisos y
reclamos del comercio y de la industria. Por varios años, mejor, varios
lustros, la empresa de El Diario – a cuyo frente se ha encontrado
valientemente el señor José Herrera- parecían vivir vida segura.
Todos creíamos en la minoría analfabeta del distrito Torres y en su
prosperidad industrial. Pensábamos: desde luego que El Diario se
sostiene y pelecha es porque en Carora hay un núcleo numeroso que
lee y lo paga y un comercio que avisa porque hace buenos negocios, en
fin, en Carora, hay vida espiritual y material.
Esas, claro está, son las consideraciones que hacemos de la localidad
donde se edita un diario, una revista, un libro.
Más adelante agrega:
Yo sé lo que cuesta sostener un diario en nuestros medios sociales.
Nuestros comerciantes, nuestros industriales, no avisan. Gran número
de suscriptores lo son nominalmente. Si se avisa, se regatea el precio
del aviso. Gran cantidad de ejemplares se va gratis, para que circule el
periódico y ser leales con la propaganda industrial o comercial que se
nos confía. Y el problema permanece irresuelto mientras lo haya la
venta al pregón. Las suscripciones son el cáncer de los diarios. Tiene
mil complicaciones con la vanidad y los demás intereses de los
favorecedores sin contar con otras que son, mil veces, peores. Así, me
doy a pensar en las razones que asistirá al Director de El Diario cuando,
según se nos ha dicho, tiene el proyecto de acabar con él. De todo
corazón lo siento, porque dicho periódico es de los que honran el
diarismo nacional y dan realce a la colectividad donde se edita. Roberto
Montesinos. (El Tocuyo. 1-02- DE 1929.Año: VIII- Mes V- Número
1887).
Lamentablemente, poco meses después el que cerraría seria “El Tocuyo”.
La prensa escrita va a promocionar y proyectar un nuevo tipo de consumo, de los
productos que ya no solo llegaban a Caracas desde el exterior por diversas vías,
sino que gracias a los novedosos medios de comunicación y transporte se
expanden por el resto del país, cambiando los modos de vida, sobre todo el de las
elites –por su mayor capacidad de consumo- que hasta ese momento eran poco
diferenciados al consumo del resto de la mayoría de la población.
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Estos productos (modas, alimentos, vestidos, cine, entre otros), que se
promocionaban en la prensa, y los traídos por los viajeros o los inmigrantes
europeos y luego norteamericanos, transformarían parte de la cultura agraria,
vinculada directamente a la producción de la tierra, en una cultura urbana
cosmopolita, de un significativo consumo mercantil, que pretende modelar e imitar
las culturas, modos de vida y el pensamiento de las grandes urbes mundiales.
Lo expresado en la prensa refleja el nuevo tipo de alimentos, vestidos, productos
cosméticos, diversiones, que contribuyen a establecer una diferencia con el tiempo
histórico anterior, dado que se crean nuevas necesidades que a su vez generarían
la demanda de un tipo de comercio y actividades económicas no tradicionales,
estas se ven forzadas a dar paso a unas nuevas características de la oferta y la
demanda.